Creo fervientemente que el
peronismo es un movimiento, y como tal vive en constante transformación, transformaciones
que escapan de toda lógica partidaria. Este movimiento capas de transformar las
democracias burguesas, importadas por el neocolonialismo y el imperialismo en
convivencia con las oligarquías acomodadas, en democracias participativas y
populares.
Este peronismo escapa a la
lógica centrista y obsoleta del pejotismo. Ese pejotismo que resiste perder sus
privilegios adquiridos por luchas justas pero pasadas, y que hoy se acuartela
en una oligarquía política, como los únicos abanderados del Peronismo.
No ver que el peronismo,
como todo movimiento de masas, esta en constante cambio es no entender al
Peronismo desde sus cimientos. Hoy vemos estas oligarquías políticas, con una
gran perdida de representación, luchando por mantener sus beneficios contra
agrupaciones nuevas y renovadas que emergieron en los últimos años de la mano
de una gran masa joven y adolescente.
Esta irrupción de
movimientos por fuera del pejotismo es producto de la misma sociedad que
renueva sus ideales y esperanzas en el Peronismo como único movimiento capas de
gobernar y transformar al país, y de una nueva juventud que creció bajo los
gobiernos de Nestor y Cristina y vio una puerta por donde gran parte da la sociedad
renovó esperanzas que se encontraban perdidas.
Una sociedad que exige
siempre mas al gobierno, y niega toda vuelta al pasado a partidos opositores
que ven desaparecer sus caudales electorales. Cuando escuchamos hablar de la
interna peronista, escuchamos hablar de estas luchas dentro del movimiento, que
no son mas que luchas dentro de la sociedad.
En todo proceso de
transformación existen fuerzas que resisten los cambios. Fuerzas económicas,
sociales y políticas, que se niegan a perder sus privilegios logrados
entregando al país al mejor postor. De cómo termine esta lucha, depende el
futuro del Peronismo y de toda una nación.
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