Tú siempre has mantenido posiciones de izquierda, a pesar de las caídas de muros y el fin de la guerra fría.
—Lo de la izquierda, entre paréntesis; pero quiero explicar por qué digo entre paréntesis. Por supuesto que soy un hombre de izquierda, claro que sí. Si mañana se me ocurre decir que pasé a la derecha nadie me va a creer.
“Soy de izquierda, pero eso no significa que yo confunda, como muchos compañeros, por cierto muy queridos por mí, la religión con la política, nos soy fanático ni religioso en política. No creo en el fanatismo, creo que los fanáticos deberían estar todos encerrados en el manicomio, porque son peligrosos.
“Pero porqué te digo esto de la izquierda y la política y de la derecha. Porque a veces ha conducido a ciertos esquematismos que no coinciden con la realidad.
“En el año 1830 y pico, Nicaragua fue uno de los primeros países que legalizó el aborto en los casos en que corriera peligro la salud de la mujer, la vida de la mujer. En ese momento gobernaba en Nicaragua el partido conservador, un partido de derecha y que fue el que promulgó la ley. Pasó un siglo y medio más o menos y un gobierno de izquierda, sandinista, anuló la ley y condenó a las mujeres pobres a la cárcel o al cementerio. Y eso la gente no lo sabe.
“A mí, bajo esos parámetros, que me aclaren qué es izquierda y qué es derecha, porque si izquierdista es el gobierno que ilegalizó el aborto que había sido legalizado por un gobierno de derecha entonces estamos todos locos. Habría que recuperar el sentido de las palabras, que es en definitiva la función primordial de un escritor, contribuir a limpiar el diccionario”.
Fuente: Sur y Sur, entrevista completa aquí.
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