La siguiente nota fue publicado en Lavaca
(por Silvia Ribeiro*, para La Jornada de México) La nueva epidemia de influenza porcina que día a día amenaza con expandirse a más regiones del mundo, no es un fenómeno aislado. Es parte de la crisis generalizada, y tiene sus raíces en el sistema de cría industrial de animales, dominado por grandes empresas trasnacionales.
En México, las grandes empresas avícolas y porcícolas han proliferado ampliamente en las aguas (sucias) del Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Un ejemplo es Granjas Carroll, en Veracruz, propiedad de Smithfield Foods, la mayor empresa de cría de cerdos y procesamiento de productos porcinos en el mundo, con filiales en Norteamérica, Europa y China. En su sede de Perote comenzó hace algunas semanas una virulenta epidemia de enfermedades respiratorias que afectó a 60 por ciento de la población de La Gloria, hecho informado por La Jornada en varias oportunidades, a partir de las denuncias de los habitantes del lugar. Desde hace años llevan una dura lucha contra la contaminación de la empresa y han sufrido incluso represión de las autoridades por sus denuncias. Granjas Carroll declaró que no está relacionada ni es el origen de la actual epidemia, alegando que la población tenía una gripe ““común””. Por las dudas, no hicieron análisis para saber exactamente de qué virus se trataba.
En contraste, las conclusiones del panel Pew Commission on Industrial Farm Animal Production (Comisión Pew sobre producción animal industrial), publicadas en 2008, afirman que las condiciones de cría y confinamiento de la producción industrial, sobre todo en cerdos, crean un ambiente perfecto para la recombinación de virus de distintas cepas. Incluso mencionan el peligro de recombinación de la gripe aviar y la porcina y cómo finalmente puede llegar a recombinar en virus que afecten y sean trasmitidos entre humanos. Mencionan también que por muchas vías, incluyendo la contaminación de aguas, puede llegar a localidades lejanas, sin aparente contacto directo. Un ejemplo del que debemos aprender es el surgimiento de la gripe aviar. Ver por ejemplo el informe de GRAIN que ilustra cómo la industria avícola creó la gripe aviar (http://www.grain.org/principal/).
Pero las respuestas oficiales ante la crisis actual, además de ser tardías (esperaron que Estados Unidos anunciara primero el surgimiento del nuevo virus, perdiendo días valiosos para combatir la epidemia), parecen ignorar las causas reales y más contundentes.
Más que enviar cepas del virus para su secuenciación genómica a científicos como Craig Venter, que se ha enriquecido con la privatización de la investigación y sus resultados (secuenciación que, por cierto, ya fue hecha por investigadores públicos del Centro de Prevención de Enfermedades en Atlanta, Estados Unidos), lo que se necesita es entender que este fenómeno se va a seguir repitiendo mientras prosigan los criaderos de estas enfermedades.
Ya en la epidemia, son también trasnacionales las que más lucran: las empresas biotecnológicas y farmacéuticas que monopolizan las vacunas y los antivirales. El gobierno anunció que tenía un millón de dosis de antígenos para atacar la nueva cepa de influenza porcina, pero nunca informó a qué costo.
Los únicos antivirales que aún tienen acción contra el nuevo virus están patentados en la mayor parte del mundo y son propiedad de dos grandes empresas farmacéuticas: zanamivir, con nombre comercial Relenza, comercializado por GlaxoSmithKline, y oseltamivir, cuya marca comercial es Tamiflu, patentado por Gilead Sciences, licenciado en forma exclusiva a Roche. Glaxo y Roche son la segunda y cuarta empresas farmacéuticas a escala mundial y, al igual que con el resto de sus fármacos, las epidemias son sus mejores oportunidades de negocio.
Con la gripe aviar, todas ellas obtuvieron cientos o miles de millones de dólares de ganancias. Con el anuncio de la nueva epidemia en México, las acciones de Gilead subieron 3 por ciento, las de Roche 4 y las de Glaxo 6 por ciento, y esto es sólo el comienzo.
Otra empresa que persigue este jugoso negocio es Baxter, que solicitó muestras del nuevo virus y anunció que podría tener la vacuna en 13 semanas. Baxter, otra farmacéutica global (en el lugar 22), tuvo un ““accidente”” en su fábrica en Austria en febrero de este año. Le envió un producto contra la gripe a Alemania, Eslovenia y la República Checa, contaminado con virus de gripe aviar. Según la empresa, ““fueron errores humanos y problemas en el proceso””, del cual no puede dar detalles, ““porque tendría que revelar procesos patentados””.
No sólo necesitamos enfrentar la epidemia de la influenza: también la del lucro.
* Investigadora del Grupo ETC
3 comentarios:
Hola:muy bueno0 tu post... yo traté en mi blog el mismo tema. Resulta que escuché en la radio, y luego leí por internet al virólogo argentino Pablo Goldschmidt, investigador del Centre National des Quinze-Vingts, de París, que entre 2001 y 2002 vivió en Ciudad de México, que dijo: “Murió solamente la gente joven, no vacunada, y sólo en México. Es sospechoso que el virus no infecte a las personas vacunadas. Entonces, no es letal: mata a la gente pobre porque no van al hospital o no tienen acceso a los remedios”.
Me parece que en la presunta pandemia ganan los laboratorios norteamericanos, como pasó hace 2 años con la gripe aviar. En Europa tienen medicamentos que compraron en 2007 a esos laboratorios por 600 millones de euros... cuando parecía que esa variedad de gripe se iba a convertir en una pandemia. Y la pandemia no fue tal...
Cuando el coloso del norte necesita divisas, no creo que ahorre en miedos que a ellos le reportan negocios.
Te saludo.
Mona
lo primero, gracias por apuntarte como seguidor a mi blog, espero lo disfrutes.
en cuanto al tema a tratar: dudo muchísimo que el gobierno estadounidense saque ningún provecho de esta situación, muy al contrario, sus intereses comerciales y turísticos son enormes, tan solo hay que ver como les está yendo a las empresas en Méjico instaladas en bolsa. Pero cierto es que la pandemia no debería ser un gran problema, la gripe común mata un millón de personas al año y nadie se sorprende... el problema es que este nuevo brote es altamente contagioso, a un ritmo mucho mayor que el del virus habitual, lo que en Europa no sería un problema, pero en los países menos desarrollados supondría una catástrofe. Si en Méjico ya ha causado muertes, no quiero saber que no haría en países vecinos como Belice
un saludo: Iñigo
Me anoto como seguidor y te anoto en mi lista de blogs si queres hace lo mismo
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