Los grandes poderes concentrados, a través de gobiernos
antidemocráticos, luego democráticos pero entreguistas neoliberales, y conglomerados mediáticos oligopólicos,
centraron su discurso en demonizar a los 70 para justificar el posterior golpe
cívico-militar. Logrando instituir la teoría de los dos demonios gracias a los
servicios del señor Sábato en su labor dudosa en la CONADEP.
Que viene primero el huevo o la gallina. Que viene primero
la violencia revolucionaria (me niego rotundamente a llamarla subversiva o
terrorista) o la violencia de los grupos concentrados de poder fáctico con el
uso del ejercito como fuerza de choque antidemocrático.
Ahhh, epa, resulta que antes del 73 existía un país, existía
una historia, existieron 28 años de proscripción de las masas populares, del
pueblo. Se turnaron gobiernos militares con seudo democracias débiles que nunca
terminaban sus mandatos. Que se podía esperar de esos gobiernos si las mayorías
populares estaban prohibidas, lejos estaban de ser verdaderas democracias.
Entonces JP Feinmann con sus palabras nos abre el juego, nos
señala que la historia no nace de un repoyo, y que los procesos sociales no
aparecen de la nada misma. Descubrimos el telón que construyeron para que no
viéramos nuestra historia, sino la historia que ellos querían dejarnos ver.
Un gran hombre, que a pesar de su desaparición física, sigue
vivo en un pueblo que no quiso olvidar, Rodolfo Walsh supo encontrarles las
palabras justas:…”nuestras clases
dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia, no
tengan doctrina, no tengas héroes ni mártires. Cada lucha debe empezar de
nuevo, separadas de las luchas anteriores; la experiencia colectiva se pierde,
las lecciones se olvidan. La historia aparece así como propiedad privada, cuyos
dueños son los dueños de todas las otras cosas.”
Hoy, creo que en eso estamos, reivindicando a aquellos
jóvenes de los setenta estamos aprendiendo de sus aciertos y errores, y sobre
todo apropiándonos de la historia, de nuestra historia. Por eso el gorila, el
oligarca, siempre estará en contra de revisar el pasado, de rever la historia
que ellos nos escribieron, ellos saben muy bien lo que tapan y ocultan.
La vuelta del molan de terracota - Daniel Santoro |
Este humilde servidor no cree en ver la historia como fechas
inmóviles en el tiempo. Todo lo contrario, creo en ver la historia como una
marea en constante movimiento, donde las masas empujan y se contraen creando
constantes crisis y confrontaciones que fueron llevando a los cambios o
retrocesos que quedan instituidos en las fechas; o sea las fechas son la
institución de los cambios no el cambio en si.
Del otro mito, de culpar de la violencia que se vive en el país
al peronismo del 45 al 55, de esa zoncera de la argentina pujante del
centenario, de sus terribles desigualdades, lo dejamos para la proxima
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