¿Por qué te dio tanta rabia? Sí… Hoy, Mordisquito, no
lo niegues. Hoy, 17 de agosto. ¡No lo niegues porque yo
te vi y te oí! ¿Cómo? ¿Qué si estaba cerca tuyo? ¡Incrustado
en vos estaba! ¡Fue por eso que no me viste! Frente
a la plaza de Mayo. Que hasta allí llegaba, por ese lado,
el medio millón de chicos. ¡La baraúnda más linda y más
loca que conocí en mi vida!… Yo… ¡Y vos! ¡Medio millón
de pájaros estremecidos por un solo anhelo! El de
llegar al estadio que!… ¡ya estaba lleno!! ¡Cubiertas las
40 mil plazas del estadio!… ¡y el medio millón afuera,
pujando —entre la bullanga más deliciosa— por acercarse
al sitio! Como si medio millón de gorriones buscaran, en
pleno día, el árbol donde ampararse. Y eso te dio mucha
rabia, sí, no lo niegues, porque a mí me gusta tu sinceridad
aunque no comparta tu error. A vos te dio mucha
rabia, y eso no tiene sentido. Yo estaba incrustado en vos
—porque la marea era tal que me aplastó contra tu pecho,
del mismo modo que luego me separó sin que me
vieras—. Yo estaba apretado a vos, y fue por eso que te
oí cuando decías: «¿Ahora también los chicos hacen polí-
tica?» ¡Sí! ¡No lo niegues! ¡Te oí! «¿Ahora también los
chicos ha-cen política?» ¡Y no! ¿Por qué? ¿A qué le llamás
política? ¿Agente que da las gracias? Porque los
125chicos de hoy fueron a devolver con su presencia lo que
han recibido en privilegio. ¿O no sabés que en tu patria
primero están los niños y después los niños, y después
otra vez los ni-ños? ¿Por qué decís que fueron a hacer polí-
tica? ¡Si los chicos no votan! Sí… Ya sé, antes votaban
hasta los muertos, pero aquí, los chicos de hoy, no votan.
¿Y entonces? ¿Qué rara confusión se ha establecido en
tu cabeza como para querer embarrar una fiesta de la
emoción, tan linda como esta de hoy, que no tiene parecido
en nuestra historia, con una frase descarnada y
sin sentido? «¿Ahora también los chicos hacen política?»
Y no, Mordisquito… ¡No! ¿Por qué van a hacer política?
Si los chicos no saben más que besar o no besar. ¿Y qué?
¿Te dio rabia que hoy quisieran besar? ¿Y no se merecían
el beso? ¿Mil besos? ¿Medio millón de besos? Los
chicos no intuyen nada de eso que vos querés, los chicos
sienten, ven. Les han dado todo. Se lo siguen dando, y
ellos tienen miedo de que no les den más todo ese amparo.
Toda esa ternura. Toda esa esperanza. Y saben
quién se lo dio. Todos lo sabemos. Y por eso fueron.
¿Vos no hubieras ido si hubieras tenido esa edad? ¡Y
claro que hubieras ido! Un hombre, a fuerza de vivir, se
hace hasta desagradecido, pero los chicos, no. Los chicos
mantienen hasta una edad —que te olvidaste— la
pureza de sus movimientos emotivos. Les das cariño y te
dan cariño. Tus hijos, y los hijos de todo el mundo,
entienden únicamente un solo idioma: el del cariño que
encuentran. ¿Y entonces? ¿Por qué decís que fueron a
hacer política? A los chicos les dijeron que los que hoy
los hacen felices se quieren ir y los chicos no quieren.
¿Por qué van a querer? Si en la niñez no es la cabeza sino
el corazón quien piensa, ¿por qué iban a hacer política
¿O crees que ellos saben que antes hubo chicos de su sangre
y de su tierra, ¡aquí en su tierra!, que vivían sin pan
126y morían sin juguetes. Vos sí lo sabías. Y yo también.
Pero ellos, ellos no. Y entonces, ¿por qué se te ocurrió
que hoy medio millón de chicos adorables iban a hacer
política, en vez de pensar que querían darles un beso a
los que les dieron la felicidad? ¡Vamos, Mordisquito! ¡A
mí no me la vas a contar!, ¿eh?
1 comentarios:
¡Cómo les duele a muchos de los que marcharon el 18 de febrero! ¡Cómo repudian las risas, los vivas y las lágrimas de alegría, gratitud y militancia en la Plaza del Congreso el domingo pasado!
Entre esa viñeta radiofónica del maravilloso Discepolín y esta nueva realidad han transcurrido 64 años. Son otras las caras, los odios, las risas y las lágrimas. Pero, como vemos, la grieta tiene muchos años. Y esa prédica del flaco hoy es compartida y comprendida por una proporción mayor de nuestro pueblo, gracias a la caida de caretas producida durante los últimos 12 años.
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