Paso el Bicentenario, pasaron las millones de personas poblando al centro porteño, paso la farándula vip entrando por una puerta del Colon mientras el pueblo se concentraba en la puerta contraria, paso Fuerza Bruta con su bienvenido show trasgresor, paso la incertidumbre del grupo Clarín sin saber como racionar a una audiencia que les dio la espalda.
Ayer fui a trabajar y sobre la avenida 9 de julio me pareció ver un barrilete. Guiado por la intriga al acercarme me encontré con un niño que feliz jugaba con el barrilete. No hablamos nada, yo no me anime a preguntar, solo nos miramos y en su mirada tenia dibujada una sonrisa.
Era todo lo que necesita decirme, fue todo lo que necesite ver. Siempre tiene que haber niños en la calle, siempre tiene que haber barriletes. Por eso tenemos que construir y luchar, porque el Paco la pobreza y las desigualdades no son culpa de ellos.
¡Por un 2016 que venga con una sonrisa para cada niño!
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