En 1816, el gobierno de Buenos Aires otorgó el grado de teniente coronel a Juana Azurduy, en virtud de sus varoniles esfuerzos.
En la guerra de la independencia, ella había encabezado a los guerrilleros que arrancaron el cerro de potosí de manos españolas.
Las mujeres tenían prohibido meterse en los masculinos asuntos de la guerra, pero los oficiales machos no tenían mas remedios que admirar el viril coraje de esta mujer.
Al cabo de mucho galopar, cuando ya la guerra había matado a su marido y a cinco hijos, también Juana murió. Murió en la pobreza, pobre entre los pobres, y fue arrojada a una fosa común.
Casi dos siglos después, el gobierno argentino, presidido por una mujer, la ascendió al grado de generala del ejercito, en homenaje a su femenina valentía.
Eduardo Galeano
Los hijos de los hijos
Lectura Poesía
Hace 1 mes
1 comentarios:
Justo recuerdo y reconocimiento a Juana, que como otras heroínas en las guerras de la independencia, son luego puestas en las sombras, o si no se puede, colocadas en el lugar de la excepcionalidad.
En el Alto Perú - lo que hoy es Bolivia- muchas mujeres combatieron, comenzaron las rebeliones, y casi no se las recuerda.
Saludos
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