Porque si digo presente a un pedio concreto de justicia, el
cual comparto y apoyo plenamente, y no dije presente a un pedido abstracto de
justicia, indefinido, que estuvo acompañado a la reciente muerte del fiscal
Nisman.
Desde siempre considere a las convocatorias con un mensaje
indefinido, como el de “marcho porque quiero justicia”, como peligrosos. Como marchas que esconden lo que
verdaderamente piden. Yo no marcho por la “justicia” abstracta e indefinida,
marcho por UNA justicia con identidad política y definida, concisa.
Yo no marcho por una justicia vacía en defensa del status
quo, marcho por una justicia por los que la necesitan, por las minorías, por
las injusticias, por los desposeídos. Una justicia que mantiene las injusticias
del sistema, del estado y de la sociedad, no es la justicia por la que yo
marcho.
El 3 de junio la sociedad no marcha solo en contra de la
golpeadores, asesinos, de la violencia de género (que no es poca cosa) también
marcha reclamando a un estado que se haga carga, que cumpla mínimamente las
leyes, por una sociedad que no justifique la violencia en los actos de las
mujeres, por una justicia que proteja y defienda a quien es agredida y no que
luego de recibir una agresión física, deba recibir una agresión psíquica por
quienes deben contenerla y protegerla.
Ni una menos no es solo una marcha, es el principio de un
camino que debe recorrer una sociedad que quiere superarse y dejar atrás actos
culturales que denigran y nos hacen estancarnos, retroceder. Ni una menos es un
pedido de justicia real y concreto, palpable, es basta de injusticias que dejan
marcas de sangre.
0 comentarios:
Publicar un comentario