La victimización del victimario, cuando el victimario
ocupa un lugar inferior en la escala social pre existente. Una construcción
simbólica, dirigida desde un pensamiento ideológico que genera las trabas
necesarias justamente para no cambiar
las escalas sociales y estructuras de poder. Y si estamos en el camino de
construir una sociedad, donde las diferencias se acomoden en igualdad,
horizontalmente, claramente estamos confrontando con estructuras sociales
actuales verticalista.
Quisiera hablarles sobre dos ejes, el primero la
sorpresa y no tan sorpresa de la multitudinaria marcha frente al congreso y sus
posteriores consecuencias, y la segunda la lucha contra viejas estructuras de
pensamiento que lamentablemente aun siguen enquistadas en nuestra sociedad.
Como muchos, ese día al acompañar la convocatoria
quede asombrado por la alta concurrencia por parte de la sociedad, la Plaza de
los Congresos desbordaba por donde se la viera. Ahora, nos debería sorprender,
considero que no. La sociedad argentina está viviendo un proceso de cambios cultural
en un camino superador de construcción del ser nacional, se visibilizan minorías,
se amplían derechos. La sociedad homogénea que fue el paradigma a principios
del siglo XIX en la construcción de “nacionalidad” hoy esta caducada. Hoy esa
identidad ya no se construye sobre un individuo homogéneo, sino todo lo
contrario, se construye sobre diversidades. Vemos y aceptamos diferencias, y
sobre esa base creamos igualdad En esta lucha se rompe con viejos paradigmas preexistentes
arcaicos, se confronta con el prejuicio de que lugar debe ocupar cada individuo, y
puntualmente al tema que nos trae hoy, qué lugar debe ocupar la mujer. Debe
ocupar el lugar que “ella” considere ocupar y no el que una sociedad patriarcal
le impone, esta lucha no comenzó ahora, se viene dando hace años, pero es
necesario reafirmarla y visibilizar los bolsones de intolerancia /
femicidios, a un proceso de superación
cultural.
El segundo eje, gira sobre el “algo habrá hecho” /
“por algo será” / “ella lo provoco”/
“vos que hiciste para que te golpee”, o demás frases que resumen un lugar común
de una forma de pensar. La victimización del victimario, cuando el victimario
ocupa un lugar inferior en la escala social pre existente. Una construcción
simbólica, dirigida desde un pensamiento ideológico que genera las trabas
necesarias justamente para no cambiar
las escalas sociales y estructuras de poder. Y si estamos en el camino de
construir una sociedad, donde las diferencias se acomoden en igualdad,
horizontalmente, claramente estamos confrontando con estructuras sociales
actuales verticalista.
Me llena de orgullo poder estar aquí reafirmando esta
lucha, en un lugar que nos apropiamos y hoy simboliza reafirmar también una larga
lucha por romper esta arcaica estructura dominante de victimizar al victimario,
o que es sino la teoría de los dos demonios.
Hoy con estas
viajas estructuras de pensamiento son señaladas miles de mujeres que sufren
violencia de género, pero al mismo
tiempo son señalados aquellos que sufren la exclusión extrema de un sistema de
concentración económica sin límites, donde las cárceles se convierten en guetos
para pobres. La sociedad está cambiando, busca construir nuevas estructuras de
pensamiento, nuevos paradigmas que presionan al estado para que este asimile
los cambios. Por eso no es solo una lucha, son muchas luchas con el mismo fin.
Pablo Campos
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