jueves, 5 de marzo de 2015

¿Ahora también los chicos hacen política?

jueves, 5 de marzo de 2015


¿Por qué te dio tanta rabia? Sí… Hoy, Mordisquito, no lo niegues. Hoy, 17 de agosto. ¡No lo niegues porque yo te vi y te oí! ¿Cómo? ¿Qué si estaba cerca tuyo? ¡Incrustado en vos estaba! ¡Fue por eso que no me viste! Frente a la plaza de Mayo. Que hasta allí llegaba, por ese lado, el medio millón de chicos. ¡La baraúnda más linda y más loca que conocí en mi vida!… Yo… ¡Y vos! ¡Medio millón de pájaros estremecidos por un solo anhelo! El de llegar al estadio que!… ¡ya estaba lleno!! ¡Cubiertas las 40 mil plazas del estadio!… ¡y el medio millón afuera, pujando —entre la bullanga más deliciosa— por acercarse al sitio! Como si medio millón de gorriones buscaran, en pleno día, el árbol donde ampararse. Y eso te dio mucha rabia, sí, no lo niegues, porque a mí me gusta tu sinceridad aunque no comparta tu error. A vos te dio mucha rabia, y eso no tiene sentido. Yo estaba incrustado en vos —porque la marea era tal que me aplastó contra tu pecho, del mismo modo que luego me separó sin que me vieras—. Yo estaba apretado a vos, y fue por eso que te oí cuando decías: «¿Ahora también los chicos hacen polí- tica?» ¡Sí! ¡No lo niegues! ¡Te oí! «¿Ahora también los chicos ha-cen política?» ¡Y no! ¿Por qué? ¿A qué le llamás política? ¿Agente que da las gracias? Porque los 125chicos de hoy fueron a devolver con su presencia lo que han recibido en privilegio. ¿O no sabés que en tu patria primero están los niños y después los niños, y después otra vez los ni-ños? ¿Por qué decís que fueron a hacer polí- tica? ¡Si los chicos no votan! Sí… Ya sé, antes votaban hasta los muertos, pero aquí, los chicos de hoy, no votan. ¿Y entonces? ¿Qué rara confusión se ha establecido en tu cabeza como para querer embarrar una fiesta de la emoción, tan linda como esta de hoy, que no tiene parecido en nuestra historia, con una frase descarnada y sin sentido? «¿Ahora también los chicos hacen política?» Y no, Mordisquito… ¡No! ¿Por qué van a hacer política? Si los chicos no saben más que besar o no besar. ¿Y qué? ¿Te dio rabia que hoy quisieran besar? ¿Y no se merecían el beso? ¿Mil besos? ¿Medio millón de besos? Los chicos no intuyen nada de eso que vos querés, los chicos sienten, ven. Les han dado todo. Se lo siguen dando, y ellos tienen miedo de que no les den más todo ese amparo. Toda esa ternura. Toda esa esperanza. Y saben quién se lo dio. Todos lo sabemos. Y por eso fueron. ¿Vos no hubieras ido si hubieras tenido esa edad? ¡Y claro que hubieras ido! Un hombre, a fuerza de vivir, se hace hasta desagradecido, pero los chicos, no. Los chicos mantienen hasta una edad —que te olvidaste— la pureza de sus movimientos emotivos. Les das cariño y te dan cariño. Tus hijos, y los hijos de todo el mundo, entienden únicamente un solo idioma: el del cariño que encuentran. ¿Y entonces? ¿Por qué decís que fueron a hacer política? A los chicos les dijeron que los que hoy los hacen felices se quieren ir y los chicos no quieren. ¿Por qué van a querer? Si en la niñez no es la cabeza sino el corazón quien piensa, ¿por qué iban a hacer política ¿O crees que ellos saben que antes hubo chicos de su sangre y de su tierra, ¡aquí en su tierra!, que vivían sin pan 126y morían sin juguetes. Vos sí lo sabías. Y yo también. Pero ellos, ellos no. Y entonces, ¿por qué se te ocurrió que hoy medio millón de chicos adorables iban a hacer política, en vez de pensar que querían darles un beso a los que les dieron la felicidad? ¡Vamos, Mordisquito! ¡A mí no me la vas a contar!, ¿eh?
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