lunes, 27 de abril de 2015

Fin de ciclo o continuidad del proyecto popular y nacional

lunes, 27 de abril de 2015

Creo que varios votantes que apoyan este proyecto popular y nacional iniciado con sorpresa por Nestor Kirchner (un gobernador perdido venido desde la Patagonia) y  profundizado por Cristina Fernández nos encontramos hoy ante la disyuntiva de hasta dando el proyecto tiene o no continuidad. Y para sorpresa ese debate se da dentro del movimiento y no por afuera.

Hoy el arco opositor va acomodándose atrás de una nueva alianza conservadora, hoy el país más que nunca respira el gran debate nacional que la patria viene sufriendo y desangrando desde su nacimiento. Patria popular y nacional o Patria oligarca y ¿nacional? En las oposición el lugar ideológico hace rato fue zanjado. El gran partido nacional que supo ser la UCR, hace años viene sufriendo una crisis sistémica, que nunca parece tocar fondo, y llega al día de hoy a encolumnarse tras la candidatura del apolítico Mauricio Macri.

El Peronismo residual se encuentra a la deriva repartiendo sus migajas entre golpear las puertas del PRO, mantenerse a desgano con el invento Massa, o volver suplicando al Frente para la Victoria, o sea al Peronismo.

Vale aclarar que para quien escribe hablar de Kichnerismo, hablar del Frente para la Victoria, es hablar lisa llanamente y sin vueltas de Peronismo. Parafraseando al Comandante Chávez, el Kichnerismo es el Peronismo del siglo XXI.

Cristina dice y demuestra con hechos que no dejara el poder hasta el último día de su mandado, para broncas e indignaciones de sus enemigos y opositores. Ella sigue siendo el centro de la escena política, todos, tanto por dentro del oficialismo, como desde la oposición, corren detrás de ella a la hora de las definiciones y movimientos políticos. Ella lo sabe y juega sin dejar que le impongan tiempos y reglas.

Dentro del movimiento todos juegan mientras parecería que Cristina espera que las fichas se terminen de acomodar, pero todos esperan su palabra, su decisión, su jugada. Cavilaciones mas, cavilaciones menos, que vienen de alguien que se encuentra alejando de las mesas chicas donde pasan las verdaderas decisiones, genera dudas y miedos ver como Scioli se va acomodando como él candidato. Scioli es parte del proyecto, creo innecesario hoy luego de 12 años acompañando, discutir su pertenencia, pero es la derecha del proyecto. Y desde esa derecha que ocupa surgen las preguntas, las dudas, él es el que va a profundizar, él es el que va a defender la bandera de los derechos humanos, él es el que va a plantarse con Cristina contra los fondos buitres, él es el que mantendrá la disputa contra el grupo clarín por la plena aplicación de la ley de medios, él es el que impulsara lo que falta.

¿Creo que a varios les debe volar la misma pregunta que a mí, él nos garantica la continuidad y profundización del modelo nacional y popular, o solo nos garantiza ganar las próximas elecciones nacionales?

viernes, 17 de abril de 2015

Roberto Santoro, pequeña aproximación a los recuerdos

viernes, 17 de abril de 2015
por Pablo Campos
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foto archivo Rafael Vasquez
Es imposible hablar de Barrilete sin antes hablar de Roberto Santoro. Alma mater de la revista, imán de jóvenes poetas en busca de una identidad y de otros no tan jóvenes deslumbrados por su personalidad y poesía. Roberto es el claro representante de una nueva promoción de poetas que en los primeros años de la década del sesenta irrumpieron con brío en la escena cultural de Buenos Aires. Vanguardista, su poesía recorrió el camino que dejaron los poetas sociales de las generaciones del 22, pero con una impronta nueva, conjunción del despertar de ideas rebeldes en todo el mundo y sobre todo de una mirada personal sobre los detalles cotidianos de la vida.

En la promoción de poetas del sesenta uno puede respirar la necesidad impiadosa de romper, como dice Hector Negro, con las capillas literarias y llevar la poesía a donde es desconocida, a la gente. Y Roberto no fue la excepción, sino todo lo contrario, un gran trabajador de este principio. Rafael Vásquez en  libro “Informe sobre Santoro”, gran aporte en la difusión de conocer a uno de los grandes poetas de la generación del sesenta, recuerda su generosidad y pasión: “Trabajador y generoso como pocos, la pasión que puso en difundir su poesía la aplico también en dar a conocer la obra de los demás: en la revista Barrilete, en los Informes y en las carpetas de Papeles de Buenos Aires y Gente de Buenos Aires”.[1].

En esta búsqueda constante de Roberto fue imposible no acercarse a los letristas del tango, y en la belleza de sus letras encontrar grandes poetas ninguneados por la academia. Horacio Salas recuerda su primer encuentro con palabras que nos llevan a caminar junto a ellos: “Roberto cumplía el servicio militar en la Marina y apareció rapado y con uniforme blanco. A mi derecha había una silla desocupada, se sentó y al poco rato me leyó un poema; seguramente le conteste con otro. Pronto advertimos que nos interesaban las mismas cosas: Buenos Aires, el tango, el futbol, la gente concreta. Al salir caminamos varias cuadras por Rivadavia repitiendo versos de Manzi, Cadícamo o Discépolo.” [2] Poetas del tango que en las páginas de Barrilete supo darles espacio y homenajearlos.

El artista plástico Oscar Smoje quien frecuento a Roberto Santoro y fue de los artistas que colaboraron en la revista con sus trabajos en 1963[3], recuerda como desde el primer momento fue conocerlo y rápidamente sentir una gran empatía. Recuerda el particular tono de su vos, esa sensación de estar todo el tiempo recitando y fundamentalmente esa fogosidad que era la vida de Roberto, ese apasionamiento cuando hablaba por la poesía popular, por el futbol, por el tango. Inclusive cuando leía algún poema suyo, era como que se encorvaba y era un poseso, veías la pelota en vez de estar viendo a Roberto.

Su amigo, poeta y compañero en Barrilete, Carlos Patiño, define sintéticamente los recuerdos de quienes frecuentaron y disfrutaron la amistad de Roberto: “de Roberto solo podes tener lindos recuerdos, no conozco a nadie que tenga malos recuerdos de Roberto, nadie”. Mientras que la poeta Alicia Dellepiane Rawson, quien también supo formar parte del grupo Barrilete recuerda a Santoro como una persona autentica, que fue toda su vida transparente, un buen tipo.
 De la poesía, de las páginas de Barrilete, de la avenida Corrientes al puesto en el mercado de colegiales. Roberto entendía que la poesía estaba en todas partes, por eso quizás la necesidad desde el primer número de El Barrilete de rescatar a los letristas del tango como grandes poeta, quizás sus primeros maestros. Si en algo sobresalen los sesenta es en la lucha de ideas que sobrevoló la década. Roberto, desde la poesía, supo levantar su barricada y ser parte de esa lucha.

Las últimas palabras que recibió Carlos Patiño antes de su exilio por parte de Roberto fueron “…a lo mejor llego vivo”.



 




[1] VASQUEZ, Rafael. Informe sobre Santoro. Buenos Aires. Libros de Tierra Firme, 2003. Pag.16.
[2] AAVV. De Santoro”. Ediciones del Rescate, 1979. Pag. 80.
[3] SMOJE, Oscar. “El Barrilete N°2”. Septiembre 1963. Pag.3
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