Cuando llega la noche, luego del baño, y ya en la cama llamo a mi madre.
-Sentate, sentate – le digo y la invito a acostarse a mi lado.
Me abraza, me mima, nos abrazamos, y se duerme plácidamente. Yo suspiro feliz de cumplir mi obligación de hija, mama tiene miedo a la oscuridad.
¿Cómo lo sé? Saberes que solo los hijos saben.
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