miércoles, 28 de mayo de 2014

Aportes a un debate sobre el 25 de mayo de 1810

miércoles, 28 de mayo de 2014
Hoy, en esta fecha patria, vuelve a sobrevolar la pregunta que me hacia allá por mi adolescencia, porque dos fechas patrias, que diferencia había entre el 25 de mayo de 1810 y el 9 de julio de 1816, y si nos queremos complicar más las cosas incluyamos a la pregunta la asamblea del año XIII. Por eso hoy, como todos los 25 de mayo pasados, volvemos a recrear el pasado a través de la historia para intentar acercarnos un poco a entender el 25 de mayo.
Entonces para este viaje lo primero que debemos enfrentar es el mito oligarca, aun existente, de la máscara de Fernando VII. Única forma que encontraron para justificar su deseo de afirmar su posición antiespañola y probritánica, sus deseos de desligar nuestro pasado de España.
Pero ante esta hipótesis debemos todos juntos hacer el ejercicio de preguntar, de dudar, como llegaron aquellas ideas a las colonias españolas en américa, quienes fueron los cabildos abiertos que se dieron en simultaneo con el de Buenos Aires en todas las capitales de américa, si fue antiespañola como puede ser que había españoles en ambos bandos y sobre todo criollos también en ambos bandos. ¿No habrá sido más complejo el proceso revolucionario que se vivió que una simple revolución antiespañola?
Creo que hoy debemos recrear esta fecha como, ante todo, una revolución de ideas. Seguir sin ver el hilo conductor entre la revolución Francesa, las juntas de España y los cabildos abiertos de América, como un camino por el que viajaron las ideas y fueron acoplándose a las distintas realidades por donde pasaron, es seguir viviendo un 25 de mayo con escarapelas y paraguas bajo la lluvia.
Ya lo decía uno de los primeros grandes pensadores que tuvo Argentina Juan Bautista Alberdi:
“la revolución de Mayo es un capítulo de la revolución hispanoamericana, así como esta es de España y está a la vez, de la revolución europea que tenía por fecha liminar el 14 de julio de 1798 en Francia.”
Epa, que punto de partida para entender nuestra patria que nos supieron esconder no. Para el buen amigo Mitre, en su proyecto de Estado-Nación había que romper todo lazo con España. En su proyecto España representaba el atraso mientras que Inglaterra el progreso.
Por eso defiendo la interpretación de que el 25 de mayo fue una réplica de aquel temblor que significo para Europa, y el mundo, la revolución Francesa. Aquella revolución significo un cambio de paradigma en las estructuras de poder con la llegada de las Burguesías al poder enfrentadas con las monarquías. En España fueron las semillas que dieron sustento ideológico a la insurrección contra los Franceses, sin las ideas de un pueblo capaz de ejercer el poder en lugar de los monarcas serían imposible que surgieran las juntas.
Esas juntas que juraban no por cualquier rey, sino por Fernando VII, el mismo por el que juraron los cabildos en América. Fernando VII no era una máscara, era un símbolo, él símbolo que representaba en el mundo español aquellos ideales de la revolución francesa de “Libertad, Igualdad y fraternidad”. Estas nuevas ideas se moldearon a la sociedad española y a lo que en ese entonces representaba Fernando VII. No debemos dejar de preguntarnos porque juramos a Fernando VII, quien era el hijo del rey depuesto por Napoleón, Carlos V. Fernando se expresaba en contra de lo que representaba su padre y el pueblo “lo idealiza convirtiéndolo en jefe de la gran regeneración española” (Norberto Galasso, La Revolución de Mayo, pag. 18.)
Este ideal replica en las capitales de los virreinatos españoles generándose los cabildos y sus respectivos alzamientos regionales. Fernando VII representaba esos aires de cambio que las burguesías buscaban y pedían a gritos, luego el tiempo demostraría lo que nunca fue y al asumir su corona volvió a imponer el absolutismo en España, lo que llevo a Españoles y criollos liberales profundizar y radicalizar sus posiciones en busca de las independencias de las colonias en américa.
Vale aclarar que el término liberal en aquellos años era muy distinto del uso que le damos hoy, partía de las consignas de igualdad, libertad y fraternidad. Norerto Galasso en su libro “La Revolución de Mayo”  traza dos variantes de liberalismo en aquellos años, uno auténticamente democrático, nacional y revolucionario y otro oligarca antinacional y conservador.  Y desde estas variantes van a surgir los dos proyectos de nación que entran en puja desde entonces

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