miércoles, 19 de mayo de 2010

FEDERICO LUPPI, UN GRANDE

miércoles, 19 de mayo de 2010
Federico Luppi sin pelos en la lengua sobre la realidad peridistica del país y su esperanza puesta en la nueva ley de medios.



 

–¿Cómo fue en esos años ’70 ser un tipo de izquierda reconocido?

–Muy duro. No tenía ninguna posibilidad de irme. Mis hijos eran muy pequeñitos. Yo estaba prohibido. No tenía la posibilidad de hacer ni siquiera publicidad. Cuando surgió la posibilidad de irme a España a hacer teatro por un año con la obra El Gran Deschave, lo hice. Dejé todo armado aquí para que mis hijos tuvieran una solvencia económica.

–¿Pero militabas o pertenecías a algún grupo?

–He sido siempre muy francotirador. Sin importame demasiado la etiqueta. Ya sea trosko, bolche, radical, de derecha. No tengo afiliación política que me impida la libertad de moverme para decir lo que siento.

–¿Sentís que fuiste encasillado en una especie de sillón K?

–Es la Comunidad de la Etiqueta.

–Y a vos las etiquetas te incomodan…

–Totalmente. Siempre la etiqueta te apunta para desacreditar. No se ensalza la virtud de lo elegido. Uno de los miedos que me asalta cuando veo a esta gente en la política es esta evidente intención de hacer negocios cueste lo que cueste. Es justamente, no ya la notoriedad de los intereses o la pequeñez de sus proyectos, sino la pequeñez moral de que hacen gala. Me acuerdo hace unos meses cuando deciden que el mejor periodista del año es Morales Solá y el peor es Orlando Barone. Todo ya es tan evidente y absurdo, de gente que se autocalifica como independiente. Aquellas personas que hace años parecía que decían cosas interesantes, y como estábamos saliendo de la dictadura parecía que era algo parecido a la verdad, hoy han adquirido un determinado status afectivo, sentimental, intelectual, pero son muy mediocres. Y eso me da miedo. Es la vieja anécdota del mono con navaja.

–¿Creés que es posible un periodismo independiente?

–El tema es que van presos de una mentira que han elaborado para sentirse tranquilos. Basta ver que hay una cuestión de imagen y sonido que te determina la visión de una persona ante un discurso que es una muy estrecha calidad intelectual. Francamente torpe, como el caso del discurso de Luis Majul en el Martín Fierro. Un individuo que saca la lanza de la persecución y la libertad de prensa y que llama a ese libro horrible que escribe “Periodismo de investigación”. Lo digo yo como un tipo que tiene que comerse esa mercadería que ellos elaboran. No es posible que esta estupenda mediocridad le sirva a los medios. Cuando llegue el momento en que los medios tengan que apañársela con un mundo más complejo, contradictorio y conflictivo, porque va a aumentar la tecnología, los medios de comunicación… ¿Qué van a hacer con la gente mediocre? ¿Qué van a hacer con un tipo que durante 22 años se ha entrenado en mentir mañana tarde y noche?

–¿No creés que tal vez ellos piensan sinceramente eso? ¿O creés que mienten?

–No sé si tiene demasiada importancia. Para ser bíblicos: “Por sus obras los conocerás”. ¿No? Suponte que digan que la papaya es color fucsia cuando es verde y amarilla. El hecho de que sean o no conscientes de eso no determina que están mintiendo sobre la papaya. La intención primaria no la conozco. No conozco cuando dicen datos inciertos no investigados o constatados. Les da lo mismo. Sacan conclusiones genéricas y vagas. Tienen que ver con lo concreto en relación con el mundo social. No es una cuestión de ideologías, de ser K o no ser K, que digan lo que quieran. Este “mirtalegranismo” de la gente, los Bonelli, los Morales Solá... en un mundo donde la gente ha perdido parientes, la vida para desalojar a los dictadores de América latina… No tienen vergüenza. Me indigno porque digo por qué nosotros los vamos a votar mañana y no vemos esas cosas... Esta sempiterna caída en la compra de mercadería de mierda. ¿Por qué?

–¿Qué te parece el hecho de que no se esté aplicando la ley de medios?

–Es coherente con los esfuerzos notables del establishment mediático. Creo que dadas las fuerzas en juego van a echar toda la carne al asador para que no se aplique. Hay bolsones de jueces que son de extrema derecha, aliados al mundo genocida o emparentados con intereses espurios que hoy la Justicia no cuenta. Cuando vemos la visita a la Corte Suprema de (Héctor) Magnetto, el capitán del mundo corporativo... Yo que (Ricardo) Lorenzetti no lo hubiera recibido. Independientemente de lo que conversen, esa visita es una marca en la Justicia. ¿Para qué van? Creo que la aplicación de esta ley va a costar sangre sudor y lágrimas.

–¿Fuiste a la marcha en apoyo a la ley de medios?

Sí, claro que sí. Vi a la gente llegando por las calles, con las consignas, las agrupaciones, a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo... Por un momento tuve la sensación y esperanza de decir que no nos pueden ganar. Forma parte de los sueños que tiene el país. Tengo una profunda ilusión con lo que puede pasar aunque con bastante poca esperanza.

Frangemento de la entrevista realizada por Carla Czudnowsky y públicada en:
El Argentino el 16 de mayo de 2010

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