PAREDON
Después de días de rodar
por las lozas del pasado,
de recordar los meses arrebatados
por el crimen,
cayó sobre Aramburu
la sentencia reclamada,
tantas veces vertida
en círculos de humo,
acariciante cuajadura
en la noche del pánico,
sonido fugaz,
maderamen esquivo,
filosa imagen repetida
en los párpados de la espera.
Cómo morir ahora?
Cómo levantar el mentón
ante los ojos que apuntan,
cómo esperar la orden,
cómo henchir la camisa
frente a los fogonazos
sin sentir el peso culpable
de la sangre abatida
que se enrosca adentro,
que desata su oscuro goterón,
emergiendo lenta, sin venenos,
pero señalando la noche turbia
de otra sangre,
la noche vivoreante de Valle,
general fusilado al amanecer
de su entereza,
la noche curtida
con el crimen de Cogorno,
la noche asesinada
en los basurales
de la revancha.
Cómo dejar resbalar la nuca
sobre la piedra ya justiciera,
sin ver como se enrostra
el miedo en los cabellos,
en el perfil,
en el pecho en que puja
el ademán de implorar.
Cómo morir, matador
si tus crímenes te han sepultado ya,
si tu muerte se fue cumpliendo
entre charcos de culpa,
entre despertares alelados,
sobre rostros de filos implacables,
en los nombres gritados
bajo el sudor de las pesadillas,
en el frenético insulto
de los hombres gritados
bajo el sudor de las pesadillas,
en el frenético insulto
de los hombres que hoy aguardan
ver desgajar, disuelta,
ver caer, sin honra,
el barro de tu carne ajusticiada.
Enrique Courau
"Al Paredon"
Editorial Papeles de Buenos Aires
1 comentarios:
potente poema militante
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